Esta etapa por el estado de Utah, nos llevo a visitar dos espectaculares Parques, el Bryce Canyon y el Nacional Capitol.
Parque nacional Bryce Canyon. No es propiamente un cañón sino un gran anfiteatro natural, formado por la erosión. Sus estructuras geológicas únicas, llamadas chimenea de hadas, se formaron por la erosión de viento, agua y hielo. Se encuentra a mayor altura que el Gran Cañón, entre 2400 y 2700 m.
Los indios Paiute colonizaron el área de los valles y mesetas. Pensaban que los pináculos eran gente legendaria a los que el coyote los había convertido en rocas. De hecho, en lengua Paiute se denomina a los Anka-ku-wass-a-wits, que significa “caras rojas”.
Los mormones fueron los primeros blancos en asentarse en la zona alrededor de 1850, dándole el nombre en honor a Ebenezer Bryce, primer habitante de la zona.
Ocupa 145 km². No es muy visitado, debido a su remota localización, pero es un lugar magnifico cuya visita no decepciona.
Dejamos el Bryce Canyon y nos dirigimos hacia el Norte, recorriendo espectaculares paisajes.
Los Americanos son gente especial, disfrutan de hablar con todo el mundo. |
Es fácil ver animales por todos los sitios. |
Antes de hacer la ultima visita del día, una para dita para comprar algo para cenar... |
Capitol Reef National Park. Es parte del plegamiento Waterpocket, un pliegue de 161 km. de largo en la corteza terrestre. Se extiende desde la las cercanías de la montaña de Mil Lagos hasta el río de Colorado.
Llegamos tarde y no pudimos visitar el Centro de visitantes, donde es posible conocer el origen de este Parque. No obstante, solo los espectaculares paisajes ya son suficientes para justificar nuestra visita.
Precioso atardecer, llegando a nuestro Hotel |
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